Una
vez más, la falta de una buena decisión política, cojones, transparencia y
sobre todo coherencia de nuestras autoridades nos pasan factura, cada vez más
caras. Lo que actualmente está sucediendo en Huaraz, es producto precisamente
de ello, sumado a que siempre solemos oponernos a cualquier cosa.
Se da
tribuna a cualquier improvisado y convenido, y lo peor, le tenemos miedo y terminamos
haciéndoles caso a sus posiciones cojudas. ¿Qué hemos ganado como ciudad hasta
ahora con estas posturas recurrentes? Ejemplos hay muchos, pero esta vez, solo
me avocaré a hablar del parque recreacional y su componente comercial.
No sé
de dónde y cómo sacaron el término MALL, al que casi todos nos hemos
acostumbrado cuando en realidad la nomenclatura del proyecto es lo que escribo
líneas arriba Parque Recreacional y su Componente
Comercial. Siendo el primero de los mencionados el primordial y
determinante.
El término
MALL lo acuñaron los opositores al proyecto, incluido el actual alcalde, hasta
realizaron marchas que no tuvo el respaldo de la población. Con esa masificación
del vocablo MALL solo se logró confundir y hacer creer, que la intención de los
promotores de este anhelado proyecto, regalarían los terrenos de Quinuacocha.
No fue
así, lo cierto es que, en la gestión anterior, a pesar de ser los iniciadores
del proyecto, tampoco se manejó bien el tema de la comunicación y sensibilización.
La empresa Inversiones Panamericana contrató a una comunicadora que tampoco
hizo un buen trabajo, presupuesto hubo para lograr el objetivo.
No se
logró porque la contratada confundió su labor, no invirtió en esos trabajos, no
se hizo nada. ¿A dónde se fue el presupuesto destinado?, bueno eso es cosa
pasada, que la empresa debe estar lamentando hasta ahora haber contratado mal a
su consultora. Presupuesto, pero sin resultados.
Lo
peor vino en esta gestión. Como lo enrostró el regidor Analio Santa al propio
alcalde en la última sesión “ganamos la
elección diciendo no al MALL, no a la aceitada, no a la corrupción, y, ¿que
estamos haciendo ahora?” Pregunto el concejal.
No
queda claro en qué momento el alcalde Cerrón cambió o lo cambiaron, para luego
de dos años diga que “el MALL si, va,
aunque me denuncien, es el pedido del pueblo” defendió su cambio. Entonces
surge una y mil preguntas ¿acaso ese contrato no estaba plagado de
corrupción?,¿en qué momento todo se volvió transparente?, ¿O sea ahora ya no
hay aceitada?, ¿O quizá hubo una nueva y mejor aceitada?
La
historia es larga y continuará, por ahora me quedaré aquí, lamentando la
indecisión de nuestras autoridades que no asumen sus responsabilidades y son
presas de sus propias palabras. Les falta coherencia y contundencia, sino, no
andarían culpando a otros de sus inacciones.
SI, PERO NO, NO, PERO SI… total,
¿en qué quedamos?
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