sábado, 30 de julio de 2016



Al Waldo lo que es del César

A simple vista se trataría  de una mala redacción o un lapsus en el titular de esta columna; pero en realidad no lo es. Lo que en realidad es la adecuación de la ya famosa frase de reconocimiento hacia alguien “al César lo que es del César”.

Pero que es lo que realmente pretendo decir con “Al Waldo lo que es del Cesar”, simple. Waldo Enrique Ríos Salcedo actual gobernador regional de Ancash es la continuación extrema y empeorada de unas de las gestiones más corruptas de la historia ancashina que lideró por ocho oscuros años el hoy encarcelado en piedras gordas, César Joaquín Álvarez Aguilar.

No hay que ser un especialista o acucioso investigador para encontrar diferencias o mejor dicho la reencarnación cíclica que en cada elección aparece, como las mismas mentiras de siempre que logran cautivar a los “electarados” para hacerse del poder, con tal de afianzar sus conveniencias y ambiciones.

“Al Waldo lo que es del César”, es un reconocimiento al desastre que ha resultado su gestión como lo fue de César Álvarez, dirigida a los propósitos de amigos muy cercanos, socios políticos y ex militantes del partido Frente Independiente Moralizador (FIM) que fundara el  ex candidato presidencial Fernando “POPY” Olivera.

Repasemos algunas de las recurrencias y coincidencias de la dupla arrolladora Waldo- Álvarez:

César Álvarez, ganó las elecciones apelando al populismo y perfeccionando sus mentiras que los “electarados” se las creyeron; Waldo, hizo exactamente lo mismo hasta realizó innovaciones.

César Álvarez prometió pescado y lentes para todos, además de maestrías para el magisterio, finalmente solo lo entregó a sus llamados “comandos”. Waldo Ríos también entrega pescados, atún, sillas de rueda y lentes a quienes les hacen el coro o decaen en sus imposiciones.

César Álvarez prometió agarrar a chicotazos a los corruptos y mandarlos a la cárcel, llegado al poder convivió y gobernó con los más corruptos, logrando incluso ser acusado de diversos delitos, como liderar una red de sicarios y obrar con total impunidad, lo cual lo ha llevado a rendir cuentas a la justicia.

Waldo tuvo el mismo discurso en campaña, lo sigue teniendo ahora que es gobernador, apelando a la victimización, a la distorsión, etc. Para ello tiene a sus alfiles, chupes, sobones, cuñados, sobrinos, hermanas, todos ellos conforman el grupo poderoso de la región o simplemente es una banda familiar.

César Álvarez manejó a casi la totalidad de los consejeros, los compró a cambio de manejos absolutos de las ugeles, redes de salud y todas las dependencias, sumado a muchas otras cosas que nunca se pudieron probar, pero que si son más que evidentes.

Waldo Ríos hace lo mismo, aunque todavía no se ha comprado a la totalidad, pero ya empezó con ocho a quienes ya los tiene de rodillas, Hermenegildo Morillo Alejos de Sihuas, Magaly Bertha Roldan Camones de Aija y María Del Carmen Marchena Valdivieso, encabezan la lista de los apañadores de la corrupción.

César Álvarez sometió al Poder judicial para manejarlos a su antojo, según las conclusiones de la comisión Áncash, todas las denuncias contra él o sus funcionarios no prosperaban o simplemente los jueces fallaban en contra de los denunciantes.

Con Waldo Ríos la historia se repite, siendo lo más escandaloso la variación de su prisión por la de comparecencia, con el falso profeta prófugo mientras hacían la junta para el sencillo a los vocales de la sala presidida por el tal Canchari, quienes se han convertido descaradamente en los salvadores del gobernador.

El inquilino de piedras gordas pagó a muchos periodistas y locutores para que lo defiendan, Waldo tiene a una geisha-amante como denunció Ángel Duran que responde al nombre de Agnes Osorio Ríos que todos los días lo añora y ataca a los denunciantes de la corrupción en la región.

César Álvarez hizo congresista a Heriberto Benítez; Waldo Ríos, infiltró a candidatos en varios partidos, pero gracias a  Dios…no ganaron.

Por todo lo dicho, en una mínima parte nos hacen más que confirmar que Waldo Ríos es la equivalencia de César Álvarez, en consecuencia “Al Waldo lo que es del Cesar”.

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