Ing.
Rómulo Antúnez Antúnez
Especialista
en Gestión Pública Descentralizada
Waldo
Ríos es el enemigo; su Gobierno representa la etapa más nefasta, adversa, y
opuesto al desarrollo del departamento de Ancash; es una persona sin
principios, sin valores; es cínico, mentiroso, embustero que ha traicionado
todo principio de liderazgo, confianza y representación que un pueblo Ancashino
le encargara a través de su voto en elecciones en el año 2014.
Waldo
Ríos heredó una corrupción generalizada; instituciones debilitadas y destruidas
por facinerosos y comerciantes de obras públicas que fungen de Gobernador
Regional, Alcaldes, Consejeros, Gerentes; que con la complicidad de
Congresistas que garantizan la impunidad, con la Contraloría General que no
cumple su función, con Fiscales y Jueces que no sancionan oportunamente a los
corruptos, tenemos ahora el departamento que se nos cae en pedazos.
Hasta
el momento la gestión de Waldo Ríos es mediocre, sin rumbo y no sabe qué hacer
con el Gobierno Regional y mucho menos con las políticas públicas que se deben
implementar para el desarrollo de sectores productivo-económico, sociales,
ambientales y acondicionar la infraestructura pública que genere empleo y
servicios púbicos al servicio de la sociedad Ancashina.
En
el año 2015, el Gobierno Regional de Ancash ha destinado más de 217 millones de
soles para proyectos de inversión y su capacidad de gasto sólo ha llegado al
24%, a pesar que existen innumerables necesidades nuevas como los Hospitales de
Chimbote y Huaraz, la carretera longitudinal Conchucos, o el pago de deudas
acumuladas producto de las valorizaciones de proyectos en ejecución o
paralizadas de la gestión anterior.
Los
ciudadanos Ancashinos han comprobado que Waldo Ríos nunca cumplirá lo que
prometió en campaña, sabemos que seguirá manipulando a la gente que necesita de
un empleo, seguirá abusando de los niños y de cuanta población débil que se le
ocurra movilizar por su necesidad, seguirá improvisando y corrompiendo sectores
con la complicidad de la mayoría de instituciones que garantizan su impunidad.
En este escenario, estoy seguro que Waldo seguirá abusando hasta de sus
trabajadores del Gobierno Regional y esto traerá consecuencias de
conflictividad, violencia, inseguridad y muertes que nadie espera.
La
situación descrita; ¿es suficiente para desencadenar la movilización social que
agilice la transformación de las condiciones descritas actualmente?, la muerte
de Carlos Guisbert, dirigente de los pocos existentes que mantienen sus
principios y por el que sentimos su partida y me solidarizo con su familia;
¿desencadenará esta etapa de movilizaciones sociales?, ¿qué esperamos los
Ancashinos para que la sociedad recupere su capacidad de indignación?.
Frente
a estas preguntas, temo afirmar que nuestra población Ancashina no ha
recuperado su capacidad de indignación y su capacidad movilizadora es limitada,
debido a la fragmentación organizativa y dificultad a consensuar una agenda
mínima, especialmente a la escasa presencia de líderes pragmáticos con
capacidad para generar alternativas y consensuar una visión que integre
intereses de grupos de población diversa.
La
muerte de Carlos Guisbert, no puede quedar impune en el caso que el despido o
destitución injusta haya sido la motivación para su muerte; tampoco puede
quedar en el olvido este torpe abuso de autoridad de Waldo Ríos ante tres
trabajadores del Gobierno Regional, es allí donde se requiere que las
instituciones cumplan con sus funciones efectivamente; en caso contrario sólo
será un insumo más, una leña más al fuego que empieza a encender la pradera que
sólo espera un tiempo favorable para terminar incendiado.
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